La mediación pedagógica: Consiste en tender puentes que se van afirmando de
un lado en el umbral del aprendizaje y del otro lado; en la construcción personal y social. La mediación
pedagógica reconoce que se aprende siempre de lo cercano a lo lejano, y que lo
más cercano en el universo es cada uno. Desde el punto de vista del
aprendizaje, el punto de partida soy yo,
soy esa cercanía, expresada en mi historia personal, en mi vida cotidiana, en
mi cultura. Desde allí se tienden los puentes, desde mí, desde cada estudiante,
desde cada grupo, desde cada institución, desde cada comunidad.
Tender puentes entre lo que se sabe y lo que no se
sabe, entre lo que se siente y se puede llegar a sentir, entre lo que se
percibe y se puede llegar a percibir; entre lo naturalizado y lo que habría que
cambiar.
Los puentes se tienden en las relaciones
presenciales, a través de los materiales, en la interacción dentro del contexto.
La mediación abarca toda posibilidad y oportunidad de aprendizaje.
Desde estos elementos, la promoción y el acompañamiento del aprendizaje,
en la tarea de tender puentes, reconocemos en
la mediación pedagógica cuatro líneas de trabajo.